RESUMEN
Nadie niega que en estos tiempos actuales América del Sur está viviendo cambios, innovaciones y rupturas históricas. Son estas innovaciones y rupturas que nos interesan aquí, las que señalan y perfilan nuevas formaciones, construcciones y articulaciones sociopolíticas y epistémicas de Estado y de sociedad, formaciones, construcciones y articulaciones que son resultado y parte de las estrategias de acción y lucha de los movimientos ancestrales, de su insurgencia política-epistémica que –sin duda– está abriendo camino a la posibilidad de un nuevo horizonte –de un vuelco o giro– de carácter decolonial. Imaginar y a la vez construir una conciencia y una práctica del Estado, sociedad y país en la que quepan todos, un país en donde las diferencias ancestrales no sólo contribuyan sino que sean constitutivas de esta imaginación y construcción -propuesta del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, citada arriba- requiere de este horizonte y vuelco decolonial. Requiere pasar de las resistencias a nuevas insurgencias –de transgredir, interrumpir, incidir e in-surgir–; al poner como meollo del asunto, los patrones del poder colonial que aún perviven para –y desde allí– plantear, cultivar y ejercitar articulaciones y construcciones distintas que alienten un cambio radical y descolonizador que pretende no solo acabar con el Estado colonial y el modelo neoliberal –como dice Evo Morales–, sino también hacer entre todos una patria distinta.
Palabras claves: interculturalidad, plurinacionalidad, decolonialidad.
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